21 Ene 2014

El penúltimo truco de Titirimundi

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El Festival Internacional de Títeres de Segovia, Titirimundi, ya tiene prácticamente cerrado el programa de su vigésimo octava edición, que contará con algo menos de 200 funciones de una veintena de compañías en la ciudad del Acueducto. Llevará espectáculos a Valladolid, Zamora, Ávila, León, Madrid y Alcalá de Henares, mientras que su presencia en Salamanca, de momento, no está confirmadal.
Será la cita más corta de su historia junto con la de 2011, del 14 al 18 de mayo, pero promete cinco intensas jornadas de calidad óptima pese a tener buena parte de su presupuesto sin cubrir aún por los patrocinadores. Sobre todo los públicos, dado que el Ayuntamiento de Segovia es la única institución que ya ha anticipado a la organización que mantendrá su aportación del año pasado, 100.000 euros, aunque el convenio no se ha firmado todavía.
«Estamos obligados a trabajar con más de un año de antelación», explica a Ical Julio Michel, director y creador de una de las citas más relevantes del mundo en su género. «Nosotros elegimos los espectáculos que queremos, no esperamos a que nos propongan, pero las compañías importantes tienen compromisos a muy largo plazo y si esperásemos hasta tener asegurados los apoyos, esto sería imposible». De hecho, el líder de Titirimundi advierte que esperaba contar con dos grupos, uno francés y otro belga, con los que contactó hace un año y ya tenían ocupadas las fechas de esta próxima edición, aunque su participación está apalabrada para 2015.
«Lo que no tengo cerrado es el presupuesto», confiesa, a pesar de que tiene comprometida ya una inversión mínima de 225.000 euros, 25.000 por debajo de 2013 y bastante menos de la mitad de lo que ha llegado a manejar en los años más prósperos de un festival que llegó a celebrar ediciones de once días. «Nosotros trabajamos con mucho entusiasmo, pero en el trapecio más alto y sin red, al borde del abismo continuamente. De lo contrario, no podríamos organizar una cita de este nivel», insiste.
Para sobrellevar el riesgo recurrió a la creación de Titirimundi S. L., la empresa con la que soporta el déficit de un festival que, «aunque pueda parecer lo contrario por el éxito que tiene, no es rentable». Arrastra unos 35.000 euros en rojo, 8.000 de 2013 y el resto de las ediciones anteriores, por eso Michel ha decidido reducir el formato de la cita de este año.
En cualquier caso, la suerte está echada para esta edición en lo que a su oferta se refiere, y el director de Titirimundi garantiza «un gran festival». De las «22 ó 23» compañías contratadas, más de la mitad son extranjeras. Llegarán varias de Francia y otras de Italia, Reino Unido, Rusia, Argentina, Chile… «y a lo mejor una de Vietnam», avanza Michel. «Con la compañía ya está todo hablado, pero esta todo pendiente del patrocinio de una empresa con la que estamos negociando».
El espectáculo indochino promete. Allí lo representan en los arrozales, en el agua, y en Segovia se desarrollaría en una laguna artificial de 81 metros cuadrados. «Tienen una de las manifestaciones de teatro de títeres más exóticas que se pueden esperar, pero aún está en el aire que puedan venir», recalca. Ninguna compañía extranjera traerá a la ciudad del Acueducto un estreno absoluto, pero todas presentarán sus espectáculos en España por primera vez. «Titirimundi es su puerta de entrada a nuestro país, saben que les da prestigio representar primero aquí».
Michel se muestra especialmente ilusionado con la obra que la compañía belga Tof Théâtre representará en sala de La Alhóndiga, ‘Dans l’Atelier’ (‘en el taller’), con «dos o tres» funciones al día para 80 personas cada una. «Dura 17 minutos solamente, pero la intensidad es tal que el espectador sale como si hubiera estado una hora allí metido, pero además lleno de impresiones». Un espectáculo alocado, incluso relativamente violento (sólo relativamente, porque de hecho está abierto a niños a partir de ocho años), que invita a pequeños y mayores a trastear con las marionetas.

Fuente: El Adelantado de Segovia

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